Wednesday, May 30, 2012

El aprendizaje del español como puente entre dos mundos


[Comentario presentado el día 30 de mayo d 2012 en la Universidad de Kanagawa, Yokohama, al grupo de primer ingreso en la carrera de español.]

Me da un enorme placer poder compartir algunas palabras en este ambiente académico que tanto aprecio y tanto admiro. Desde que entré a la Universidad en 1993 no he parado de estudiar así que espero que ustedes también se embarquen en esta aventura intelectual.

Hoy quiero hablarles sobre el aprendizaje del español como puente entre dos mundos, el de habla hispana y el de habla japonesa. Haré un breve recorrido por algunos elementos que considero fundamentales ante el desafío de aprender otra lengua. Me referiré al lenguaje, a la cultura y a las creencias, y al interfaz entre culturas, el entendimiento entre ellas y la construcción de la paz como fin último de este proceso.

Al final de esta breve presentación espero que tengamos un espacio que nos permita construir un diálogo entre todos los aquí presentes.

Entiendo el lenguaje como una manifestación cultural de un grupo de personas. Hay lenguaje verbal y no verbal. Las palabras transmiten emociones, y las gesticulaciones aún más. Es mucho lo que podemos comunicar sin hablar, así que es importante tener en cuenta que, parte de lo que se considera aprendizaje de un lenguaje incluye las formas de expresión corporal de las personas.

En el caso del español, un desafío adicional es que hay muchas culturas que hablan español, la mayoría de ellas en América Latina. Si bien hay abundantes semejanzas entre ellas, también hay muchas diferencias. La manera de comunicarse y de interactuar de un argentino, un colombiano o un mexicano es muy diferente a pesar de que todos ellos hablan español.

El lenguaje también es estrictamente un protocolo de comunicación. Si yo no pudiera transmitir ideas y conceptos a través de la palabra, entonces ese lenguaje sería ineficaz como medio de comunicación.

Hoy en día también hay lenguajes informáticos, como los que se utilizan para programar sistemas de cómputo. La precisión de esos lenguajes es matemática. Los lenguajes verbales, sin embargo, no tienen ese grado de precisión, así que es importante tener en cuenta que habrá siempre desafíos para lograr transmitir y captar mensajes verbales a través de la lengua. Estoy seguro que sucede también en Japón entre japoneses.

Adicionalmente, el lenguaje es un código de normas sociales. Japón es quizás una de las sociedades más respetuosas que he conocido en cuanto a no perturbar a otras personas. Así que el silencio es parte de las normas sociales y parte del lenguaje también. Hacer silencio aquí es tan importante como saber hablar japonés, y eso resulta muy claro viviendo en Japón.

Así como el silencio es una norma social en Japón, hay innumerables expresiones de comportamiento en cada cultura que las hacen únicas. Como decía hace un momento, el español representa el gran desafío de que hay muchos entornos culturales y en cada uno de ellos, diferencias en la manera en que la gente se expresa por medio de su comportamiento.

Durante mis años de trabajo voluntario en ambientes interculturales, era siempre muy importante ubicarse en el entorno cultural en el que me encontraba. Si estaba en Israel, India o Tailandia era diferente mi manera de comportarme que si estaba en Japón, Brasil o Alemania. En cada lugar procuraba visitar sitios concurridos como mercados, estadios y medios de transporte público para observar la manera de comportarse de la gente en cada lugar.

Hay rituales que se repiten de generación en generación por cientos o miles de años. Por ejemplo, en China, Israel, India y Japón hay conductas de la gente que datan de más de mil años y que todavía se repiten de manera similar. La mejor manera de captar estas expresiones ritualistas es en el arte o en la religión. Por ejemplo, una presentación de Gagaku o una ceremonia budista captan la esencia de rituales culturales que tienen cientos de años de antigüedad. Esto permite que se acumulen aprendizajes a través del tiempo, trayendo estabilidad a las sociedades.

Las religiones son precisamente los rituales más antiguos que conocemos en nuestra civilización y que aún se practican. Hay mensajes verbales y pautas de comportamiento no verbales que forman parte de estas actividades y las convierten en una especie de rito sagrado en muchas culturas. Para quien aprende español, estudiar y aprender el mensaje verbal y el comportamiento no verbal de una ceremonia tradicional de la religión católica podría ayudarle a entender mejor a esa cultura.

Las creencias tienen un ciclo de vida determinado por un proceso intelectual que inicia con la obtención de información. Luego, se procede a la observación de fenómenos y se intenta una explicación por medio de la interpretación. Finalmente, se llega a una conclusión. Cuando este proceso se realiza de manera reiterada, se conforma una creencia que luego será transmitida de generación en generación.

Sin embargo, hay otras creencias modernas a las cuales les hemos dado un valor casi sagrado, como si fueran religión, pero que no necesariamente conducen a la estabilidad de las sociedades, sino, más bien, a su inestabilidad. Tal vez esto sea tema para otra conversación.

Sí es importante mencionar que estas creencias modernas van más allá de las culturas y de los grupos etáreos y los niveles socioeconómicos. Si echan un vistazo alrededor del mundo, se encontrarán rápidamente con que en todo el mundo hay gente con teléfonos celulares, utilizando internet, queriendo acumular riqueza monetaria. La creencia de que la riqueza monetaria nos hará más felices está conduciendo al planeta entero en una dirección indeseable. Por eso es tan importante hoy en día contar con personas que logren darle una perspectiva diferente al rumbo del mundo. Los mejor capacitados para ello son aquellos que tienen preparación para manejarse en distintos entornos culturales.

Esta intefaz entre culturas se logra, en buena medida, por medio del aprendizaje de un idioma, a través del estudio de culturas y religiones y conociendo diferentes lugares del mundo. Esta interfaz intercultural opera según dos principios fundamentales: las semejanzas y las diferencias. Cuando estamos en una cultura diferente, es importante identificar las semejanzas entre esta nueva cultura y la nuestra propia, así como identificar las diferencias. Esto nos permitirá cumplir con el principio fundamental de la educación intercultural: “Las semejanzas nos unen; las diferencias nos enriquecen.”

Los conflictos son incompatibilidades de objetivos entre diferentes partes. El conflicto es inherente al ser humano, así que en toda interacción social es posible que surja un conflicto. De hecho, hay millones de conflictos cada día en todas las sociedades humanas, pero no contamos con formación para resolverlos.

Creo que hay algunas culturas que tienen mayor claridad respecto a los objetivos comunes para generar mayor bienestar colectivo. Estas son las sociedades que han logrado mayores niveles de desarrollo en el mundo. Sin embargo, haber alcanzado el desarrollo no garantiza que ese desarrollo se mantendrá. Los tiempos cambian y las culturas deben adaptarse.

Por ello es muy importante identificar cosas que podríamos incorporar a nuestros entornos culturales para hacerlos mejorar. Hoy en día en que vivimos serios problemas ambientales en el mundo, graves crisis económicas y conflictos armados, hay una creciente frustración o infelicidad a pesar de que nunca nuestra civilización había contado con tantos recursos, dinero, información y oportunidades. Este siglo será diferente al anterior porque nos preocuparemos más por la felicidad personal, la prosperidad colectiva y la sostenibilidad ambiental que por el crecimiento económico tradicional. La labor de los que aprenden un nuevo idioma entonces, es ir en busca de elementos que puedan enriquecer a esta cultura y mejorar la civilización humana en general.

Así que también deberán estar atentos a las cosas que podamos aprender y enseñar y convertirnos en negociadores interculturales, que es realmente la función más importante de la persona que habla otra lengua.

Finalmente, quiero terminar con una reflexión sobre el propósito ulterior de las relaciones interculturales, que es la construcción de la paz. Hablar otro idioma nos permite comunicarnos con personas de otros entornos culturales. Esto crea la posibilidad de establecer vínculos duraderos de amistad entre personas y eventualmente entre comunidades enteras, pueblos y naciones, en último término. Estas relaciones de amistad fortalecen la estabilidad entre países a través de instrumentos jurídicos, diplomáticos, comerciales y de cooperación entre los pueblos del mundo.

En palabras del profesor noruego Johan Galtung, la paz es la capacidad de transformar conflictos de manera empática empática y creativa. Empatía significa tener la capacidad de ponernos en los zapatos de otros y nos permite entender mejor sus necesidades, deseos y motivaciones. Además, nos permite respetar sus creencias y aportar en la dirección de sus esfuerzos. Creatividad se refiere a la capacidad de innovar formas diferentes de hacer las cosas de manera más eficaz y eficiente.

Hoy en día, la tecnología es la creatividad transformada en herramientas útiles para mejorar el flujo de información, las comunicaciones, la educación y el comercio en el mundo. Hay otras innovaciones sociales que no necesariamente responden a instrumentos tecnológicos que son necesarios para adaptarse mejor a las circunstancias actuales y estas innovaciones son requeridas en todas las culturas del mundo para desarrollarnos hacia el futuro.

Lo que aporta un experto intercultural bilingüe tienen mucho que ver con la empatía y la creatividad, lo cual quiere decir que promueve la paz. 

Así llegamos al final de esta breve reflexión. Sin embargo, ustedes se encuentran al inicio del camino de la aventura intelectual que es la universidad. Es un camino que en realidad nunca se termina. Cuando ustedes se gradúen de aquí obtendrán una licencia que los califique como expertos en su determinada área de estudios, y también es una obligación para seguir estudiando y seguir manteniendo el grado de expertos que les será conferido.

A la universidad no venimos en busca de empleo ni de remuneración. Venimos en busca del desarrollo intelectual de un determinado método de pensamiento. Aquí aprenderemos a pensar de una manera particular que nos diferenciará de todas las demás carreras existentes. Aprender a pensar no significa contar con una actividad profesional. Cuando se hayan graduado, ustedes podrán dedicarse a la actividad profesional que les interese y en la cual sean requeridas las destrezas personales que ustedes posean. Pero eso tampoco quiere decir que recibirán un salario por aquella actividad.

Durante diez años yo fui voluntario internacional en el campo de la educación intercultural para la paz. Después de ser voluntario busqué trabajo y tengo certeza absoluta de que mi trabajo voluntario me condujo a la función diplomática. Si no hubiera dedicado miles de horas al trabajo voluntario, no tendría el trabajo que tengo en la actualidad.

Para terminar, quiero instarlos para que mantengan sus antenas encendidas en busca de oportunidades para la innovación. Ustedes son los cerebros creadores del futuro de este país y del planeta entero. Dependerá de las oportunidades que identifiquen y del provecho que logren generar a partir de aquellas y de sus intereses y destrezas personales que lograrán crear espacios para el progreso de ustedes como profesionales y de sus comunidades como líderes que son de ellas.

Es mi firme deseo que estas palabras los inspiren a abrazar los desafíos académicos con determinación, ilusión y cariño.

Muchas gracias.

Saturday, May 19, 2012

Sobre vegetarianismo

Mi buen amigo Felipe Castro Truque ha compartido un estupendo ensayo de Paul Watson, famoso por su proyecto Sea Shepherd, sobre vegetarianismo desde el punto de vista de los esfuerzos por la conservación medioambiental.

Me especialicé académicamente en transformación de conflictos y desde entonces me resulta un hábito bastante sencillo identificarlos. El 6 de julio de 2007, el entonces presidente de la República, Óscar Arias Sánchez, sonó fuerte la alarma del cambio climático por parte de su desafortunadamente infame discurso de Paz con la Naturaleza, declamado en un inmejorable escenario en el Teatro Nacional. Ese día sentí un llamado de conciencia y decidí comprometer mis mejores esfuerzos el resto de mi vida por combatir lo que, a mi juicio, constituye el más grave y complicado conflicto que la civilización humana y el planeta vivo jamás haya enfrentado: el cambio climático antropogénico.

Desde entonces inicié un afanoso trayecto de estudio de las causas y las consecuencias según el criterio de expertos y escépticos. He invertido miles de horas leyendo y conversando con expertos, elaborando hipótesis, escribiendo en mis notas y en este blog al respecto, intentando diagnosticar el conflicto de una manera que nos permita transformarlo eficazmente.

La misma noche del discurso Paz con la Naturaleza recibí confirmación de mi designación como diplomático en la primera Embajada que Costa Rica abriría en la República Popular China. Así que también invertí cientos de horas estudiando sobre el gigante asiático. Comprender los hábitos de consumo y el vertiginoso crecimiento económico y proyecciones futuras de aquel enorme país me permitió asociar los puntos para entender que nuestro planeta se encontraba en curso de colisión entre los recursos naturales disponibles y los recursos naturales que estábamos consumiendo.

En 2008, y tras consultas con mi nutricionista, decidí explorar el vegetarianismo como una manera de realizar un sacrificio personal para entender el esfuerzo colectivo que debíamos realizar como civilización para sensibilizarnos sobre el conflicto y reducir mi huella ecológica individual. Adopté esta dieta como resolución de Año Nuevo y desde el 31 de diciembre de 2008 suspendí el consumo voluntario de todo tipo de animal y sus derivados lácteos. Por recomendación de mi nutricionista, consumo 1000 mg de aceite de pescado en cápsula por día, así como 6 huevos no fecundados de gallina por semana, ya que el cerebro requiere de un amino ácido que sólo existe en proteína de origen animal. El resto de mi proteína la obtengo de frijoles, lentejas, tofu, nueces y semillas, vegetales de hoja verde, y demás.

Deseo agregar que, por razones laborales, me he visto comprometido a comer carne en platillos que han sido servidos en ejercicio de mi cargo diplomático como embajador en Japón, muy especialmente durante el almuerzo que el Emperador Akihito le ofreció a la presidenta costarricense Laura Chinchilla durante su visita a Japón en diciembre de 2011, y la cena que le ofreció el primer ministro Yoshihiko Noda en la misma ocasión. Desde hace más de tres años aprendí que la comida es alimento y energía para el cuerpo y el cerebro, así que como lo que haya en el plato sin cuestionar su sabor o mi gusto por aquello. Es cuestión de actitud.

Quiero dejar claro que hasta mis 32 años de edad fui un omnívoro voraz. Comía de todo y en exceso. Dejar la carne implicó un compromiso inimaginable apenas unos años atrás. De hecho, lo asumí como un experimento para ver cuánto tiempo soportaría la tortura auto-infligida. Los primeros 11 días fueron difíciles. Tuve pesadillas de que me sentaba a comer con mucha hambre y sólo había carne en la mesa. El 11 de enero de 2009, durante mi meditación matutina, visualicé que se levantaba de mis espaldas un enorme peso, y comencé a sentirme muy liviano, no sólo de cuerpo, sino de mente y de espíritu, de intenciones y de emociones. Empecé a disfrutar de la sensación hasta la fecha.

Aún no he encontrado una buena razón para volver a comer animales, aunque sí debo admitir que la resolución de Año Nuevo de Mark Zuckerberg de 2011 me resultó atractiva: comer sólo carne de animales que uno mate con sus propias manos. Me ilusiona pensar que podría vivir criando y sacrificando para alimento mis propias gallinas, conejos y pescados algún día.

Creo importante mencionar que, de los gases que producen el efecto invernadero que afectan el cambio climático, aproximadamente un tercio proviene de vehículos automotores, un tercio proviene de deforestación y un tercio proviene de la industria cárnica, según lo reportó el Dr. Rajendra Pachauri, Premio Nóbel de la Paz y director del Panel Intergubernamental de Cambio Cimático en 2008, lo cual fue muy polémico entre los productores de carne del mundo.

También creo importante mencionar que el 99% de personas en el mundo no tiene una noción clara del cambio climático. O sea, no comprende la ciencia que respalda las mediciones, causas y consecuencias actuales y futuras, y cree que es algo que puede resolverse con el simple paso del tiempo.

Hay dos mil millones de personas que son ricas (hogares con ingreso mensual por persona de más de US$1000) o aspirantes a ricas (hogares con ingreso mensual por persona de entre US$300 y $1000). Los restantes cinco mil millones de personas invierten la totalidad de su tiempo y sus energías y emociones en procurar sustento diariamente, desde agua potable, como las señoras indígenas con las que conviví en Guatemala que dedicaban seis horas hábiles por día, siete días a la semana todas sus vidas, a ir al río por un poco de agua para poder beber, cocinar, lavar, limpiarse el cuerpo; hasta leña para cocinar y, por supuesto, comida, abrigo, techo, salud, seguridad, y toda otra necesidad humana básica que no tienen satisfecha como servicio adquirido.

Esto me parece pertinente porque si estás leyendo este blog quiere decir que formas parte de aquellos dos mil millones cuyo consumo individual de recursos naturales del planeta es cientos de veces mayor al promedio per capita en el planeta, y miles de veces mayor a lo que consumen los dos mil millones que menos consumen. Esto no sólo nos responsabiliza sobre las causas que provocan el cambio climático, sino que nos exige liderar la transformación.

Si no somos nosotros, entonces quién? Y si no ahora, entonces cuándo?

Wednesday, May 16, 2012

Geoengineering: solution or suppression?

On this week's The New Yorker, Michael Specter publishes a very good article on geoengineering. From a conflict analysis point of view I pose the question whether a technological solution will fix climate change or whether, instead, it will merely suppress one of the symptoms that are employed to diagnose and measure the conflict.

For example, if a giant hose will inject a sulphide aerosol deep into the stratosphere and cool the earth's temperature for certain period of time, this would by no means be a reason to celebrate the "end of climate change" as we know it.

In fact, reducing the conflict to one of its elements is misleading. Saying that climate change is caused by greenhouse gases or, more specifically, by carbon emissions, is not addressing the issue holistically. Deforestation and desertification, contamination of water reservoirs and degradation of land and ocean ecosystems has a net negative effect on the state of the natural environment.

A geoengineering solution would definitely buy us time. The question is what would we do with that extra time if we have been unable to hardly make any progress towards effectively transforming the conflict since the Earth Summit in Rio 1992 when world leaders vowed to tackle the issue.

Suppressing a symptom will not change the way in which humanity behaves, degrading the planet's ecosystems and bio-capacity: in sum, its natural capital. Most particularly, the culture embraced by a minority of human beings that utilize far more natural resources than the rest and even more than what the planet can naturally regenerate, is the most pressing issue amounting to an unprecedented change in the world's climate. Any geoengineering solution for that matter will be more than welcome.

Sunday, May 06, 2012

Estrategia de Rescate de Valores III: Propuestas de transformación


III. Algunas propuestas de transformación requieren lo siguiente:

A. Esbozar una visión de país en relación con la región mesoamericana, principalmente en lo que a drogas y seguridad respecta: Costa Rica no puede aislarse de los problemas regionales, sobre todo teniendo fronteras y litorales tan difíciles de patrullar.

B. Diseñar una visión de país en relación con el planeta, sobre todo en materia ambiental y energética: de la misma manera, el país no puede desvincularse de los problemas globales, el más notorio de ellos siendo el cambio climático. Lo que es más, la autoridad moral que Costa Rica ha alcanzado tras décadas de logros y proceder ético en el concierto de las naciones la promueven como líder mundial en desarrollo sostenible. Es una oportunidad que el país, y sobre todo el gobierno, no ha logrado aprovechar adecuadamente.

C. Identificar prácticas espirituales edificantes: si bien se ha perdido la institucionalidad religiosa, algo que también ha sucedido en muchos países asiáticos progresistas, en aquellos países no se han perdido los valores religiosos. Recuperar aquellos valores es fundamental para contar con un asidero de común acuerdo, una especie de “diez mandamientos” aunque no coincidan plenamente con los Diez Mandamientos.

D. Promover la salud en todas sus formas: física, mental, espiritual, emocional, familiar, laboral, pública, etc. Es fundamental que cada individuo pueda hacerse responsable por la salud personal, así como promoverla en cada organización de la que forma parte. Esto empoderará a la ciudadanía a velar por sí misma en lo que así sea posible, y a la vez reduciría el peso de atención de muchos padecimientos evitables por parte del sistema de seguridad social que se encuentra en una crisis institucional histórica.

E. Institucionalizar la educación para la paz, que es quizás la mayor paradoja en un país desmilitarizado. Por más de 60 años Costa Rica ha liderado el proceso de desarme a nivel mundial, pero se ha quedado notoriamente rezagado en la educación para la paz, que no se enseña ni en escuelas ni en colegios ni en universidades, y que en otros países se enseña en todas estas instancias, además de las familias y las organizaciones comunitarias.

F. Fomentar la armonía en todas sus formas, más notoriamente, en las normas de seguridad vial y de tránsito, prensa y redes sociales, familia, entretenimiento, medio ambiente, etc. En una palabra, hacer las paces con nosotros mismos. Hemos perdido la virtud del perdón. Olvidamos que es de grandes y fuertes perdonar y que hacerlo nos hace más grandes y más fuertes como personas y como sociedad. Necesitamos romper el círculo vicioso de culpabilidad que alimenta la cacería de brujas.

G. Crear un ideario nacional de valores para el Siglo XXI. Para ello, las redes sociales son el vehículo idóneo. Se pueden promover diversos ejercicios para determinar cuáles son los valores que los costarricenses más apreciamos y que estaríamos dispuestos a recuperar. Además, las redes sociales permitirían hacerlo de manera eficaz en tiempo y costo monetario y demás recursos.

Estrategia de Rescate de Valores II: Síntomas


II. Elementos que conforman el diagnóstico.

Existe una amplia variedad de manifestaciones del conflicto de pérdida de valores culturales. A continuación, los cuatro síntomas más notorios y prioritarios de atender a nivel nacional.

A. Violencia.

Costa Rica solía ser una sociedad pacífica hace apenas 25 años. La criminalidad era escasa y los homicidios eran mínimos, a una tasa promedio equivalente a la de Suiza. Sin embargo, los últimos 15 años ha habido un incremento exponencial en criminalidad y en homicidios, multiplicándose entre 10 y 15 veces la tasa promedio que se vive en la actualidad. Incluso en 2008 los homicidios cruzaron el umbral de 10 por cada 100.000 habitantes que es considerado por Naciones Unidas como problema de salud pública.

La violencia engendra violencia. Eso quiere decir que cada hecho violento producirá mayor violencia en el futuro. Hoy en día el efecto de divulgación de violencia que produce la prensa propaga varias emociones que constriñen a la población y la atemorizan cada vez más. Además, el ritmo de crímenes sobrepasa la capacidad de cuido de la policía y esto significa indefensión, lo cual exacerba el miedo en la población.

Nos atreveríamos a afirmar que el pueblo consume violencia en parte porque es lo único que se ofrece en algunos medios de prensa, y en parte es el resultado de una adicción colectiva a consumir más violencia por distintos medios: música, cine, pornografía, deportes. Las manifestaciones son igualmente variadas: física, verbal, intrafamiliar, escolar, deportiva. En una aparente paradoja, pagamos por la violencia que consumimos, lo cual quiere decir que le damos valor monetario, además del tiempo que invertimos consumiéndola.

Finalmente, el tipo de violencia ha cambiado y hoy existe un grado de agresividad o crueldad que pareciera estar destinada a generar miedo generalizado. En una palabra, terrorismo. Nos referimos al sicariato y a los asesinatos a cargo de maras o pandillas de narcotraficantes en los que operan unas conductas violentas que no son propias de la cultura costarricense.

B. Corrupción en la función pública.

Se ha desvirtuado el sentido del servicio público, el cual exigía aptitud y carácter para el servicio. En muchos casos, también, requería reconocida capacidad técnica para el ejercicio de algunos cargos.

También se ha perdido la transparencia, principio elemental de la sana administración pública, y esto ha deteriorado la honorabilidad en las relaciones entre los administradores y los administrados.

Cuando estas conductas suceden repetidas veces sin las correspondientes sanciones jurídico-políticas, los líderes promueven el mal ejemplo para la población que se atreve a comportarse de manera similar con la expectativa de una retribución en beneficio propio o de sus allegados.

Sucede además que los grupos de poder financiero desean tener influencia política. Esto no es nuevo ni es exclusivo de nuestro país. Sin embargo, el volumen y el grado de impunidad que disfrutan los que quiebran la ley en ese afán generan la ira generalizada de una población que no solía enojarse con tanta facilidad. Más aún, la indignación que se ha hecho manifiesta en otras latitudes ya empieza a asomarse en Costa Rica como una opción a la falta de soluciones a la creciente y compleja crisis de valores en el país.

Estos síntomas han hecho perder la eficacia de la gestión en la administración pública, al punto del entrabamiento generalizado del sistema político que ha paralizado al país. Datos estadísticos revelan que Costa Rica creció notoriamente menos que sus vecinos centroamericanos durante la primera década de este siglo, lo que ha dado pie a denominarla la “década perdida” en el crecimiento socioeconómico del país.

C. Individualismo.

El estado y la nación son fenómenos colectivos. No puede haber un estado vigoroso ni una nación pujante si no hay coordinación entre ambos entes públicos. El marcado individualismo que se vive en el país le resta empuje a ellos. La indiferencia se ha convertido en una actitud generalizada respecto a ambas, un “sálvese quien pueda” que mina los propósitos y los recursos necesarios para salir del atasco.

La institucionalización del concepto de “felicidad” nos ha llevado a pensar “primero yo, después yo.” El disfrute de lo material, que es confundido con la felicidad, es predominantemente individual: mi dinero, mi propiedad, mis pertenencias, la actualización de mi perfil en redes sociales.

D. Dinámica de inculpación mutua.

Hemos perdido el sentido de la responsabilidad y la rendición de cuentas, esenciales en los propósitos de enmienda y en la gestión de representación a nombre de otros. El gobierno es la institución por excelencia donde sus funcionarios gestionan en representación de la nación que es soberana, según manda el artículo 2 de la Constitución Política.

Se ha deteriorado el proceso de control político y existe una impunidad de hecho en el proceso legal para hacer a los funcionarios públicos cumplir por su responsabilidad individual.

Esto ha desatado un proceso de control político a cargo de la prensa tradicional y, más recientemente, de las redes sociales, que, a su vez, ha degenerado en una cacería de brujas en la cual se sospecha de cualquier rumor que circule de manera pública. Esa dinámica tiene un impacto significativo en detrimento del sistema jurídico-político.

Estrategia de Rescate de Valores I: Diagnóstico


 I. Pérdida de valores culturales.

Costa Rica, entre varias otras naciones del mundo, se encuentra en franca crisis de valores que la hicieron una de las naciones más progresistas y desarrolladas del mundo. Ese progreso es aún evidente en su educación pública, gratuita y obligatoria, la cobertura de seguridad social universal, la desmilitarización, la conservación medioambiental que incluye el turismo ecológico, la capacidad de generación de energías renovables y la clasificación de su abundante biodiversidad, entre otras.

A. Causas.

Los orígenes son difíciles de precisar, quizás porque son complejos. Uno de ellos es sin duda la globalización de la información y de tendencias culturales que se convierten en patrones de consumo e imitación. También es altamente probable que algunas conductas que no existían décadas atrás provinieran de otras naciones por medio de migraciones masivas de personas que se arraigaron en Costa Rica.

Sin embargo, la economía de mercado ha provocado en el país una apertura vertiginosa a la oferta masiva de bienes y servicios que han estimulado e incentivado el consumismo como un patrón cultural predominante. Desafortunadamente, este consumismo es excluyente de aquellos segmentos de la sociedad que viven en la pobreza o en la miseria. Esa desigualdad no elimina los estímulos e incentivos del mercado, pero resulta imposible para un alto porcentaje de la población tener acceso a mucho del universo de bienes y servicios disponibles en el mercado nacional.

También es probable que se haya debilitado significativamente la institucionalidad religiosa. La sociedad costarricense estuvo basada en una inmensa mayoría en el catolicismo y en sus estructuras institucionales y educativas. En décadas recientes ha habido un verdadero éxodo hacia nuevas instituciones religiosas que han surgido en este mismo período, pero también el éxodo se ha dado hacia un vacío institucional en el que comunidades enteras se han desprendido de la formación religiosa. Esto ha resquebrajado el sistema de valores judeo-cristianos sobre los que descansaba la institucionalidad del país tanto pública como privada.

B. Consecuencias.

Si hemos de elegir entre los costos más elevados de esta pérdida generalizada de valores en el país, citaremos tres. Primero, se ha perdido el asidero moral y ético en el comportamiento social a todo nivel: público, privado, académico, comunitario. Se ha perdido el respeto irrestricto por la vida, la verdad, la honorabilidad, la justicia, la solidaridad, la armonía.

Segundo, la priorización en la generación de ingresos. Al existir una especie de competencia por adquirir cada vez más bienes materiales de última generación, las personas se han abalanzado hacia las fuentes de riqueza para poder financiar sus gustos. En muchos casos, según es bien conocido, esas fuentes son ilícitas e inmorales y aún así han sido legitimadas por quienes las emplean para conseguir ingresos. Esto nos hace perder enfoque como pueblo de lo que es realmente valioso e importante para el enriquecimiento de la nación entera.

Tercero, todo el tiempo que la sociedad invierte en el uso, disfrute y consumo de bienes y servicios a manera de entretenimiento, así como el tiempo que se pierde tan ineficientemente en el transporte vial le resta millones de horas al año al país en servicios civiles y voluntarios que existen en todas las sociedades. Esto limita la seguridad ciudadana y la solidaridad comunitaria que existía cuando el pueblo le dedicaba tiempo a sus familias, su vecindario y sus colegas y compañeros de trabajo.

Con este diagnóstico pretendemos ubicar el conflicto ante el cual nos enfrentamos como sociedad y poner en perspectiva la dimensión del esfuerzo que será necesario para enderezar.