[Comentario presentado el día 30 de mayo d 2012 en la Universidad de Kanagawa, Yokohama, al grupo de primer ingreso en la carrera de español.]
Me da un enorme placer poder
compartir algunas palabras en este ambiente académico que tanto aprecio y tanto
admiro. Desde que entré a la Universidad en 1993 no he parado de estudiar así
que espero que ustedes también se embarquen en esta aventura intelectual.
Hoy quiero hablarles sobre el
aprendizaje del español como puente entre dos mundos, el de habla hispana y el
de habla japonesa. Haré un breve recorrido por algunos elementos que considero
fundamentales ante el desafío de aprender otra lengua. Me referiré al lenguaje,
a la cultura y a las creencias, y al interfaz entre culturas, el entendimiento
entre ellas y la construcción de la paz como fin último de este proceso.
Al final de esta breve
presentación espero que tengamos un espacio que nos permita construir un
diálogo entre todos los aquí presentes.
Entiendo el lenguaje como una manifestación
cultural de un grupo de personas. Hay lenguaje verbal y no verbal. Las palabras
transmiten emociones, y las gesticulaciones aún más. Es mucho lo que podemos
comunicar sin hablar, así que es importante tener en cuenta que, parte de lo
que se considera aprendizaje de un lenguaje incluye las formas de expresión
corporal de las personas.
En el caso del español, un
desafío adicional es que hay muchas culturas que hablan español, la mayoría de
ellas en América Latina. Si bien hay abundantes semejanzas entre ellas, también
hay muchas diferencias. La manera de comunicarse y de interactuar de un
argentino, un colombiano o un mexicano es muy diferente a pesar de que todos
ellos hablan español.
El lenguaje también es
estrictamente un protocolo de comunicación. Si yo no pudiera transmitir ideas y
conceptos a través de la palabra, entonces ese lenguaje sería ineficaz como
medio de comunicación.
Hoy en día también hay lenguajes
informáticos, como los que se utilizan para programar sistemas de cómputo. La precisión
de esos lenguajes es matemática. Los lenguajes verbales, sin embargo, no tienen
ese grado de precisión, así que es importante tener en cuenta que habrá siempre
desafíos para lograr transmitir y captar mensajes verbales a través de la
lengua. Estoy seguro que sucede también en Japón entre japoneses.
Adicionalmente, el lenguaje es
un código de normas sociales. Japón es quizás una de las sociedades más
respetuosas que he conocido en cuanto a no perturbar a otras personas. Así que
el silencio es parte de las normas sociales y parte del lenguaje también. Hacer
silencio aquí es tan importante como saber hablar japonés, y eso resulta muy
claro viviendo en Japón.
Así como el silencio es una
norma social en Japón, hay innumerables expresiones de comportamiento en cada
cultura que las hacen únicas. Como decía hace un momento, el español representa
el gran desafío de que hay muchos entornos culturales y en cada uno de ellos,
diferencias en la manera en que la gente se expresa por medio de su
comportamiento.
Durante mis años de trabajo
voluntario en ambientes interculturales, era siempre muy importante ubicarse en
el entorno cultural en el que me encontraba. Si estaba en Israel, India o
Tailandia era diferente mi manera de comportarme que si estaba en Japón, Brasil
o Alemania. En cada lugar procuraba visitar sitios concurridos como mercados,
estadios y medios de transporte público para observar la manera de comportarse
de la gente en cada lugar.
Hay rituales que se repiten de
generación en generación por cientos o miles de años. Por ejemplo, en China,
Israel, India y Japón hay conductas de la gente que datan de más de mil años y
que todavía se repiten de manera similar. La mejor manera de captar estas
expresiones ritualistas es en el arte o en la religión. Por ejemplo, una
presentación de Gagaku o una ceremonia budista captan la esencia de rituales
culturales que tienen cientos de años de antigüedad. Esto permite que se
acumulen aprendizajes a través del tiempo, trayendo estabilidad a las
sociedades.
Las religiones son precisamente
los rituales más antiguos que conocemos en nuestra civilización y que aún se
practican. Hay mensajes verbales y pautas de comportamiento no verbales que
forman parte de estas actividades y las convierten en una especie de rito sagrado
en muchas culturas. Para quien aprende español, estudiar y aprender el mensaje
verbal y el comportamiento no verbal de una ceremonia tradicional de la
religión católica podría ayudarle a entender mejor a esa cultura.
Las creencias tienen un ciclo de
vida determinado por un proceso intelectual que inicia con la obtención de
información. Luego, se procede a la observación de fenómenos y se intenta una
explicación por medio de la interpretación. Finalmente, se llega a una
conclusión. Cuando este proceso se realiza de manera reiterada, se conforma una
creencia que luego será transmitida de generación en generación.
Sin embargo, hay otras creencias
modernas a las cuales les hemos dado un valor casi sagrado, como si fueran
religión, pero que no necesariamente conducen a la estabilidad de las
sociedades, sino, más bien, a su inestabilidad. Tal vez esto sea tema para otra
conversación.
Sí es importante mencionar que
estas creencias modernas van más allá de las culturas y de los grupos etáreos y
los niveles socioeconómicos. Si echan un vistazo alrededor del mundo, se
encontrarán rápidamente con que en todo el mundo hay gente con teléfonos
celulares, utilizando internet, queriendo acumular riqueza monetaria. La
creencia de que la riqueza monetaria nos hará más felices está conduciendo al
planeta entero en una dirección indeseable. Por eso es tan importante hoy en
día contar con personas que logren darle una perspectiva diferente al rumbo del
mundo. Los mejor capacitados para ello son aquellos que tienen preparación para
manejarse en distintos entornos culturales.
Esta intefaz entre culturas se
logra, en buena medida, por medio del aprendizaje de un idioma, a través del
estudio de culturas y religiones y conociendo diferentes lugares del mundo.
Esta interfaz intercultural opera según dos principios fundamentales: las
semejanzas y las diferencias. Cuando estamos en una cultura diferente, es
importante identificar las semejanzas entre esta nueva cultura y la nuestra
propia, así como identificar las diferencias. Esto nos permitirá cumplir con el
principio fundamental de la educación intercultural: “Las semejanzas nos unen;
las diferencias nos enriquecen.”
Los conflictos son
incompatibilidades de objetivos entre diferentes partes. El conflicto es
inherente al ser humano, así que en toda interacción social es posible que
surja un conflicto. De hecho, hay millones de conflictos cada día en todas las
sociedades humanas, pero no contamos con formación para resolverlos.
Creo que hay algunas culturas
que tienen mayor claridad respecto a los objetivos comunes para generar mayor
bienestar colectivo. Estas son las sociedades que han logrado mayores niveles
de desarrollo en el mundo. Sin embargo, haber alcanzado el desarrollo no
garantiza que ese desarrollo se mantendrá. Los tiempos cambian y las culturas
deben adaptarse.
Por ello es muy importante
identificar cosas que podríamos incorporar a nuestros entornos culturales para
hacerlos mejorar. Hoy en día en que vivimos serios problemas ambientales en el
mundo, graves crisis económicas y conflictos armados, hay una creciente
frustración o infelicidad a pesar de que nunca nuestra civilización había
contado con tantos recursos, dinero, información y oportunidades. Este siglo
será diferente al anterior porque nos preocuparemos más por la felicidad
personal, la prosperidad colectiva y la sostenibilidad ambiental que por el
crecimiento económico tradicional. La labor de los que aprenden un nuevo idioma
entonces, es ir en busca de elementos que puedan enriquecer a esta cultura y mejorar
la civilización humana en general.
Así que también deberán estar
atentos a las cosas que podamos aprender y enseñar y convertirnos en
negociadores interculturales, que es realmente la función más importante de la
persona que habla otra lengua.
Finalmente, quiero terminar con
una reflexión sobre el propósito ulterior de las relaciones interculturales,
que es la construcción de la paz. Hablar otro idioma nos permite comunicarnos
con personas de otros entornos culturales. Esto crea la posibilidad de establecer
vínculos duraderos de amistad entre personas y eventualmente entre comunidades
enteras, pueblos y naciones, en último término. Estas relaciones de amistad
fortalecen la estabilidad entre países a través de instrumentos jurídicos,
diplomáticos, comerciales y de cooperación entre los pueblos del mundo.
En palabras del profesor noruego
Johan Galtung, la paz es la capacidad de transformar conflictos de manera
empática empática y creativa. Empatía significa tener la capacidad de ponernos
en los zapatos de otros y nos permite entender mejor sus necesidades, deseos y
motivaciones. Además, nos permite respetar sus creencias y aportar en la
dirección de sus esfuerzos. Creatividad se refiere a la capacidad de innovar
formas diferentes de hacer las cosas de manera más eficaz y eficiente.
Hoy en día, la tecnología es la
creatividad transformada en herramientas útiles para mejorar el flujo de
información, las comunicaciones, la educación y el comercio en el mundo. Hay
otras innovaciones sociales que no necesariamente responden a instrumentos
tecnológicos que son necesarios para adaptarse mejor a las circunstancias
actuales y estas innovaciones son requeridas en todas las culturas del mundo
para desarrollarnos hacia el futuro.
Lo que aporta un experto
intercultural bilingüe tienen mucho que ver con la empatía y la creatividad, lo
cual quiere decir que promueve la paz.
Así llegamos al final de esta
breve reflexión. Sin embargo, ustedes se encuentran al inicio del camino de la
aventura intelectual que es la universidad. Es un camino que en realidad nunca
se termina. Cuando ustedes se gradúen de aquí obtendrán una licencia que los
califique como expertos en su determinada área de estudios, y también es una
obligación para seguir estudiando y seguir manteniendo el grado de expertos que
les será conferido.
A la universidad no venimos en
busca de empleo ni de remuneración. Venimos en busca del desarrollo intelectual
de un determinado método de pensamiento. Aquí aprenderemos a pensar de una
manera particular que nos diferenciará de todas las demás carreras existentes.
Aprender a pensar no significa contar con una actividad profesional. Cuando se
hayan graduado, ustedes podrán dedicarse a la actividad profesional que les
interese y en la cual sean requeridas las destrezas personales que ustedes posean.
Pero eso tampoco quiere decir que recibirán un salario por aquella actividad.
Durante diez años yo fui
voluntario internacional en el campo de la educación intercultural para la paz.
Después de ser voluntario busqué trabajo y tengo certeza absoluta de que mi
trabajo voluntario me condujo a la función diplomática. Si no hubiera dedicado
miles de horas al trabajo voluntario, no tendría el trabajo que tengo en la
actualidad.
Para terminar, quiero instarlos
para que mantengan sus antenas encendidas en busca de oportunidades para la
innovación. Ustedes son los cerebros creadores del futuro de este país y del
planeta entero. Dependerá de las oportunidades que identifiquen y del provecho
que logren generar a partir de aquellas y de sus intereses y destrezas personales
que lograrán crear espacios para el progreso de ustedes como profesionales y de
sus comunidades como líderes que son de ellas.
Es mi firme deseo que estas
palabras los inspiren a abrazar los desafíos académicos con determinación,
ilusión y cariño.
Muchas gracias.