Monday, May 14, 2007

Antiamericanismo

¿Debemos firmar un TLC con Brasil, un enorme mercado de 180 millones de consumidores, la doceava potencia económica del mundo y líderes mundiales en fútbol, aunque tengan un millón de niñas trabajando en prostitución, donde millones no saben leer ni escribir, donde la mitad de la población vive bajo la línea de la pobreza, donde hay altos niveles de corrupción, donde se rechazó un Referéndum para prohibir el portar de armas de fuego, donde un bajísimo porcentaje de ricos son dueños del 75% de todo lo que se produce?

Aunque los Estados en su naturaleza jurídica sean amorales -no tienen moral por ser personas jurídicas- la decisión de no firmar el TLC con Estados Unidos porque “matan niños en Irak” es un juicio moral, porque responde a la pregunta ¿Apoya usted la matanza de niños iraquíes por parte del ejército estadounidense? ¿Sí o No? Y por supuesto que todos nosotros, ciudadanos de un país de paz, no somos los que estamos a favor de ninguna intervención militar, mucho menos cuando es el evidentemente fuerte contra el lamentablemente débil.

Consideramos, por lealtad a la neutralidad internacional que ostentamos desde 1982, que repudiamos todo uso de poder militar para subyugar a otros en satisfacción de intereses propios. No podemos comprender, nosotros los costarricenses, que por los últimos 58 años de historia democrática y constitucional jamás hemos resuelto nuestros conflictos nacionales e internacionales por medio del uso institucionalizado de las armas, que un país invada a otro haciendo uso de armas de guerra, cosechando violencia porque es violencia lo que han sembrado, aumentando el repudio internacional por la imagen-país que se han forjado los Estados Unidos, especialmente desde el 11 de setiembre de 2001, cuando decidieron invadir Afganistán e Irak, tras saltarse arbitrariamente las reglas internacionales de coexistencia pacífica que sostenían la estructura coercitiva de las Naciones Unidas. Además, la información de inteligencia que se utilizó para tomar la decisión de invadir Irak nunca fue comprobada con idoneidad, pues a la fecha no se han encontrado armas de destrucción masiva. O sea, es una guerra totalmente injusta desde cualquier óptica.

Eso no elimina la realidad de las relaciones que históricamente hemos tenido como país y como pueblo con los Estados Unidos, no sólo de buenos vecinos y buenos amigos, hospedando ellos a miles de los nuestros y nosotros mutuamente a ellos, sino que también de gran contribuyente al desarrollo de nuestra economía gracias a donaciones y préstamos para proyectos e investigación y capacitación e infraestructura que nos han brindado generosamente, o el hecho de comprar desde hace más de un siglo la gran mayoría de nuestro producto para exportar, desde el café y el banano del Siglo XIX, hasta los microprocesadores de INTEL y nuestros minivegetales de hoy.

Desde 1984 nos compra muchos de nuestros productos a unos precios que nos hacen bastante competitivos entre productores regionales. Esa unilateral concesión que se llama “Iniciativa de la Cuenca del Caribe” que los Estados Unidos tan gentilmente han promovido para recuperar comercialmente a los países del Caribe, consiste en comprar nuestro producto libre de impuestos. Esta directriz de comercio del gobierno estadounidense nos ha desarrollado mutuamente, ya que ellos se han beneficiado de la gran variedad de clientes cuyas necesidades se satisfacen con producto costarricense Hecho en Costa Rica, y nosotros hemos podido generar empleos directos e indirectos para al menos quinientos mil costarricenses.

En materia turística, mucho más relacionados estamos con ellos aún: la cantidad de empleos que genera el sector es de cerca de medio millón, contando directos e indirectos, y de Estados Unidos proviene el 46% de turistas que visitan nuestro país cada año.

Más de la mitad de la fuerza productiva del país todavía depende económicamente de los Estados Unidos, entre turismo, exportaciones y otros servicios. Si queremos cambiar esa dependencia, hay que hacerlo gradualmente para evitar crisis en la economía nacional.

Lo primero que hay que pensar como país es que no podemos dejar sin empleo a los trescientos mil trabajadores que se incorporarán a la fuerza laboral del país de hoy al 2012, y posiblemente la mitad de ellos se ganará la vida trabajando en empresas relacionadas comercialmente con los Estados Unidos. Lo segundo es que hay que tener reglas claras para saber cuáles son las condiciones que aplican para ambas partes con respecto a la compra y venta de productos, bienes y servicios costarricenses en Estados Unidos, y la compra y venta de productos, bienes y servicios estadounidenses en Costa Rica. Tercero, debemos abrir nuevos mercados con otros países con los cuales seamos competitivos, como los países de la Unión Europea, Taiwán, India, China, Corea del Sur, países que, además, comparten con nosotros de la Pequeña Gran Costa Rica el enorme avance en nuestras políticas comerciales que tanto desarrollo le han traído al país. Cuarto, repasar una y otra vez el dictamen que hizo un panel de expertos de la Organización Mundial del Comercio apenas la semana pasada en el examen de políticas comerciales al que debe someterse el país cada seis años, destacando al país como "ejemplar en su política comercial."

Nivelar nuestra relación comercial internacional con los Estados Unidos es una obligación nacional. Nos obliga nuestra Constitución Política, que manda al Estado a ser soberano, esto es, a darse sus propias reglas de gobierno. Nuestra Patria merece reglas claras para gobernar esa relación comercial. Ya no podemos seguir con una concesión unilateral, que ellos modifican cuando quieran y a su antojo.

En defensa de nuestro firme sentimiento de moralidad por la actitud y comportamiento militar estadounidenses y de otras potencias militares alrededor del mundo, hemos planteado ante las Naciones Unidas y en distintos foros internacionales el Consenso de Costa Rica, que busca resonar a nivel internacional para promover la reducción del gasto armamentista militar en el mundo. De un país como Costa Rica se espera este tipo de liderazgo.

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